4-03-18
Ellas leen en la
plaza, el mundo se mueve a su alrededor. La música melancólica ambulante de una
solitaria guitarra acústica eléctrica acompasa junto a las bocinas del tráfico:
sonidos de mundos sintonizados
Leen, otros mundos
resonando, sin embargo, son las cuerdas las que llevan la melodía, subyacente y
arrasante.
El músico está oculto
a la vista, pero su presencia es siempre presente, eje inamovible del universo
este segundo.
Una se vuelve hacia su
abuela y pregunta:
“¿Qué hora es?”
“Veinte para las ocho”
ojos fijos en el reloj.
“Se me ha ido el sol”
responde ella, cerrando el libro.
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