domingo, 7 de mayo de 2017

Paranoia

Otro día, abro los ojos, me aseguro que no haya algo delante de mí, con un rápido movimiento de cabeza y ojos examino mis costados, nada. ¿Despejado? Me siento y creo que todo está bien, pero no me puedo relajar, aún hay peligro por ahí. ¿Quién sabe si me dejaron una trampa mientras dormía? No puedo moverme todavía, no sé qué puedo pisar en este frío y desolado piso. Creo que está bien dar un paso hacia la puerta. ¿Me oirán llegar ahí? Mejor no lo doy y escucho el aire. Las voces se filtran a través de las gruesas paredes, el de la izquierda se prepara para partir a su muerte como todas las mañanas, abajo se escuchan las voces de los jurados diarios en el tumulto de la calle.  ¿Hoy lo haremos lo suficientemente bien u otros como yo morirán? Camino con cuidado a la ducha, sin hacer ruido alguno, no quiero alarmarlos de mi presencia. No podrían algo en mis cosas de baño, ellos también las usan. Al ir a la cocina veo al primer asesino pasearse, danzando le pone sangre a su pan, no quiero ver el frasco del cuerpo. Intento respirar lo más normal posible, tengo que pasar desapercibido. ¿Se fijarán en mi hoy? Quizás llevo la corbata torcida y me llaman por mi nombre en la otra celda a la que me veo arrastrado todos los días. La corbata me ahorca, los ojos de las serpientes me atan a mi silla eléctrica, me rodean y comentan de otros. Cuidadoso presiono las teclas. ¿Me dejarán vivir otro día? Esta vez sí, les di lo que querían, un trabajo, un informe, un papel, así que me dejan en paz. Otro día en el que salvo mi cuello, pero no estoy tranquilo, nunca lo estoy. De vuelta, los jurados diarios los llaman vagones, yo, cajas de tortura que se mueven y están llenas de serpientes, a veces veo a un torturado como to. Llego de nuevo, el asesino de la mañana no está, quien se preparaba para su muerte sobrevivió también, quizás descubrió como sobreviví hoy, me espía;  el otro asesino, la serpiente, que no vi en la mañana me saluda con una amenaza en la mejilla, le devuelvo  una mueca sonriente para esconder mi miedo a sus colmillos y se va moviendo su cascabel despreocupadamente, las serpientes como ella les agradan a los jurados diarios. Suspiré al cerrar con fuerza cada uno de los cerrojos que me mantienen a salvo durante el tiempo en el que me confino. Las paredes blancas de la Elda me relajan un poco, quizás al ponerme al pijama no me encuentre con veneno en él, quizás al meterme en la cama no me encuentre con púas en ella y quizás mientras duerma no me apuñalarán por la espalda. Quizás realmente sobreviví otro día.
Escrito en algún momento entre 2012-2013

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07-09-2018

I feel bitter I feel like a dirty old rag that only bickers I should get that whiskey to feel as shitty as I deserve